miércoles, 7 de marzo de 2018

Uva embolsada del Vinalopó

La principal característica de la uva de mesa que se comercializa bajo el sello de calidad de la Denominación de Origen Uva de Mesa Embolsada Vinalopó es que al menos durante sesenta días los racimos están cubiertos por una bolsa de papel de celulosa virgen satinada por su cara exterior. A comienzos del siglo XX, una plaga asolaba las cepas alicantinas. Un vecino del Valle del Vinalopó encontró la solución: proteger cada racimo con una bolsa protectora. La casualidad demostró que esta defensa no sólo es eficaz contra la invasión de insectos y evita los efectos de la fumigación directa con insecticidas, sino que además mantiene los racimos a cubierto de los rigores climatológicos. Y no se quita la bolsa hasta que no se envasa el racimo para su consumo. Para su comercialización los racimos son acondicionados y envasados y tienen que estar sanos, limpios, sin moho, ni materias extrañas. Desprovistos de humedad exterior y sin olores ni sabores extraños. Los granos de uva tienen que estar unidos al raspón y enteros, además de bien formados y desarrollados. Las categorías que se comercializan con el sello de calidad son: 
"Extra".- El racimo tiene que pesar un mínimo de 200 gramos y repartidos sobre el raspón uniformemente. El fruto presenta una tonalidad pálida amarillo-cera.
"Primera".- El racimo pesará un mínimo de 150 gramos. Presentan una tonalidad amarillo-cera. Serán de buena calidad aunque pueden estar repartidas por el raspón menos uniformemente. 
 Las variedades protegidas de la Denominación de Origen Uva de Mesa Embolsada Vinalopó son: Aledo, Italia y Rosettí. Aunque las variedades principales de uva cultivadas son: la Idea, de racimo grande, granos de peculiar tono amarillo y con ligero sabor a moscatel; y la Aledo, más tardía y caracterizada por producir un racimo de grano blanco pálido, de sabor dulce neutro. Las cualidades de la Uva de Mesa Embolsada Vinalopó son una claro exponente de la contribución que la beneficiosa dieta mediterránea aporta a la salud. Con su maduración lenta tiene su mejor momento a finales de año.  Es la uva que se consume preferentemente para celebrar las doce campanadas de fin de año.

(Cerespain)

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